lunes, febrero 26, 2018

Un poema: Volar y volar.

Hace tiempo que no subo un poema a este blog.

Hoy, volviendo de Capital, en el tren, surgeron estos versos. Se los comparto.



Que indiferencia

 que hay al hablar.


Cuando no escucho,

y en vano lucho

y voy solo al andar.


Cuanta jactancia

hay al caminar.


Como si fuera,

el deseo que muera

así al rechinar.


Que ha ocurrido

si yace un hurgar.


Es frío el encuentro,

un lejano momento,

que se hace rogar.


Pero es el final.


Ya como nunca

lo veo pasar.


Si no la vida se trunca,

no es vida, es azar,

si no la vida se oculta

ante los latidos del mal.


Que vida tan vana

de solo allí estar.


Cuando el torrente

de un rió se siente

y parece desbordar.


Cuanta arrogancia

que no va a terminar.


Como el oscuro,

en un alto muro,

que desea cruzar.


Que no he sabido

¡quien era cual.!


Ha llegado el momento

de ir al encuentro

para morir o matar.


Pero es el final.


Ya nada me abdica,

si no en la vida

ya no se podrá andar,

si no la heridas

no van a curar.


Que nueva esperanza

me da al caminar.


Es el viento así, suave

y vuelo como un ave

es eso, volar.


Cuanta belleza

veo allí, es como izar

ese gran sueño,

empujando al empeño,

que ya no se va.


                                         Que no he sabido

¡ahora lo sé.!


Vibrando tan alto,

no viendo ya espanto

comulgando la fe.


Pero es el final.


Hay un nuevo comienzo,

que no se hace rogar.


Es un nuevo encuentro

que va a perdurar.


Es el vuelo eterno.


Es volar y volar




ALFREDO LEGNAZZI


26 DE FEBRERO DE 2018


Este poema formará parte de mi libro de poemas El juego de la Vida.


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