Desde que tenía 7 años, siempre hubo un gato en mi casa. Cuando era chico fueron "El negrito", "La Negrita", "Pan de Dios", "Pipo", "Mingo", "Croto", según la época.
A los que mas conocí y estuvieron muchos años, quienes fueron verdaderos amigos, fueron Pipo y Mingo.
Con Mingo compartí 6 años desde los 12 a los 18. Aunque los dos fueron increíbles, y además eran parecidos, del mismo color. Eran muy inteligentes, casi personas. Buenas personas.
De grande, salvo en la época que estuve viviendo en un departamento, llegó el tiempo de las hembritas. "La Misha", malhumorada y seria, pero muy cariñosa. "Fru-Fru", "Selena" y desde hace muchos años me acompaña "Plumi" con el sobre nombre "Michi-michi".
Creo que tengo para escribir muchos libros sobre ella. Rescato sus gestos, su travesuras, sus arrepentimientos.
Pero por sobre todas las cosas, lo importante que es su compañía.
No se el día de su cumpleaños porque mi hija la trajo de aproximadamente tres meses. Pero aprovecho este día para expresarle mi cariño.
ALFREDO LEGNAZZI
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