Aunque un poco tardía, comparto con ustedes esta breve reflexión.
Como ya les comenté en otras ocasiones, presentar un libro, evento que dura a penas unas dos horas y media, casi tres, como en el caso de Metáfora de la vida, implica un tiempo previo, de muchas horas de trabajo.
Metáfora de la vida es una selección de poemas, que escribí a lo largo de los años.
Escribir un poema nunca ha implicado para mi una gran cantidad de tiempo, pero en este caso, el libro se compone de 102 poemas, cada uno con una reflexión y el hecho de seleccionarlos, corregir la prosa, decidir cual poema si y cual no formarían parte del libro, insumió varios meses.
Es que cada re lectura del borrador, implica modificar, cambiar, reemplazar. Que un día me guste todo tal cual está y al día siguiente, todo lo contrario.
Algo parecido ocurre con las tapas, el diseño de banners y la búsqueda del lugar adecuado para hacer la presentación.
Como les decía, el proceso es largo, el protocolo de presentación está cronometrado en minutos y segundos.
La realización de los vídeos con los que acompaño la presentación implican seleccionar fotos, vídeos, adecuar la duración para que en 15 minutos se vea reflejado el trabajo de muchos años, elegir la música.
Luego llega el momento de las invitaciones, ver quien será parte, quien me acompañará. La pregunta es ¿Vendrá alguien? ¿Gustará el nuevo libro?
Y así, luego de tanta programación, llega el gran día y todo sale perfecto, de maravillas.
La sala se llena, los espectadores se quedan inmóviles a atentos a mi reflexión del comienzo, que dura aproximadamente 40 minutos. Lo mismo que mi explicación de como surgió Metáfora, el por que del título, de la imagen de la tapa y de la temática de los poemas.
La felicidad de ese momento, al igual que ha ocurrido antes, en las presentaciones anteriores, es muy grande. Me siento realizado,
Pero como ocurre siempre, ese momento se esfuma rápidamente.
El tiempo cronológico es breve, aunque el tiempo interno es muy superior. El alma queda agrandada, hay un nuevo espacio. Un nuevo logro, un nuevo hecho positivo, un nueva creación que he lanzado al universo, un nuevo motivo para sentirme feliz.
Y el día después, puede parecer un día triste o gris. Pero es solo un sentimiento breve, temporal, es haber bajado de la euforia y haber encontrado armonía en mi alma.
Enseguida vienen a mi, mis proyectos siguientes y mi camino junto a mis nuevo libro y a los anteriores.
El Manuscrito, Alter Ego, Retrospectiva, La travesía de Mister Jordi y Manifiesto, se toman de la mano junto a Metáfora de la vida y me acompañan por este bello camino.
Esta gran aventura de ser escritor.
Gracias.
